Los comerciantes de la Milla de Oro de Palma contra las cuerdas por las obras y el cierre al tráfico
Los empresarios se encuentran en una situación límite por la parálisis de la actividad y las molestias de los trabajos
Temen que se prolonguen más allá del mes y medio previsto inicialmente por el Consistorio palmesano
Palma cierra al tráfico su Milla de Oro sin previo aviso y ante el enfado de comerciantes y residentes
Los comerciantes de la Milla de Oro de Palma, la popular avenida de Jaume III, están contrariados por las obras del Ayuntamiento: “Estamos contra las cuerdas”, afirma el propietario de una pequeña empresa de esta emblemática calle palmesana, molesto por las obras y el cierre al tráfico con motivo de unos trabajos que arrancaron la pasada semana.
Siete días después del inicio de las reformas que lleva a cabo Emaya en la Milla de Oro de la ciudad, los empresarios se encuentran en una situación límite por la parálisis de la actividad comercial. Varios comerciantes destacan que “el ruido que hacen las obras es insoportable. Así no podemos trabajar y el cliente no tiene ganas de comprar así”. Además, explica el trabajador de una óptica, “no se ofrece una imagen acorde con la categoría de la calle con toda esta remodelación” que se está llevando a cabo desde el Consistorio que dirige el socialista, José Hila.
La duración de las obras es otro tema que preocupa entre los pequeños negocios. “Nos avisaron con poca antelación de que todo esto iba a durar un mes y medio, pero vamos a ver hasta cuando vamos a tener este embrollo delante de lo que nos da de comer” clamaba un trabajador de la restauración. El retraso de otras reformas promovidas por el Ayuntamiento provoca que varios trabajadores y propietarios teman que las obras se alarguen más de lo previsto inicialmente.
Entre los clientes, el sentimiento de malestar es mutuo al de los empresarios. Un transeúnte, cargado de bolsas, explicaba que “es bastante desagradable todo el ruido y contaminación visual que provocan” las remodelaciones. Otro cliente de la zona exponía “la dificultad de encontrar parking por las calles cercanas” por el cambio en el tránsito que supone la decisión de Cort.
A esta última reivindicación se une el colectivo del taxi. “Cada vez se complica más la circulación por el centro de Palma, no se nos tiene en cuenta para tomar decisiones que nos afectan” narraba un conductor afectado. Las limitaciones al transporte público van más allá. Varías líneas de la EMT – las 4, 7 y 20- cambiaron su recorrido desde el día 25 de enero por el cierre parcial de Jaume III.
Las obras se alargarán, como informó el Ayuntamiento de Palma la semana pasada, hasta principios de marzo. Sin embargo, el miedo que sobrevuela a los pequeños y medianos comercios de la zona no solo preocupa en la Milla de Oro de la capital. Si se alarga la reforma que se lleva a cabo, “se corre el riesgo de perder clientes de la zona del Paseo del Borne y de las Ramblas” alertan desde la ahora sonora calle Jaume III.